Opiniones de nuestros lectores

Soy papá adoptivo.Después de leer el libro me siento un ser privilegiado. Mi situación fue muy distinta.

La espera solo duró tres años y fue nacional. Nosotros lo teníamos claro, el poquito dinero que teníamos sería utilizado para cuando estuviese ya con nosotros, y así se lo dimos a entender a los psicólogos y trabajadores sociales en las entrevistas que tuvimos que pasar.

El papeleo y demás cosas fueron como todos los demás, pero por suerte para nosotros (eso dicen) solo duró tres años pero yo no creo en la suerte y si en el destino. Desde que mi mujer y yo decidimos adoptar lo teníamos claro y eso nos ayudó mucho a superar la situación.

Después de algunas sesiones de inseminación, que para mí si fueron más duras, en la última y agarrando la mano de mi mujer le dije: “ahora si te has quedado embarazada”.  No sé lo que durará el embarazo, si un año, dos o más,  pero desde ese día había un ser que nos estaba esperando.

Nuestra sorpresa fue que no pasó  ni un año cuando nos llamaron para otra entrevista con los asistentes y psicólogos. Nosotros creíamos que eran para renovar la idoneidad porque habían pasado tres años desde que nos la dieron.

Fue el día más feliz de mi vida. Nos metieron en una sala y después de una charla y decirnos que ya habían entrevistado a varias parejas más, somos los idóneos para ser padres de una niña de 3 meses.

Así,  sin anestesia, no sabíamos si llorar,  reír o qué hacer, solo sabíamos que ya éramos padres.

La adaptación fue también muy rápida.  Una visita en el centro donde la vimos por primera vez, porque estaba con una familia de acogida,  y otra en la casa de esta familia maravillosa que nos abrió sus puertas y sus corazones, donde mi mujer dio su primer biberón a nuestra hija. Y la tercera visita para recoger y llevarnos a casa a nuestro bebé, donde ya estaba todo preparado gracias a nuestros hermanos y padres.

De esto ya han pasado seis años, y felices desde ese día.

Nos sentimos afortunados y animamos a adoptar porque siempre nos fijamos en las adopciones que salen mal o tardan mucho. Hay que dejarlo en manos del destino.

Un abrazo para todos y seguiré por aquí por si puedo ayudar.

Juan de Dios Calzado Pérez

 

Acabo de terminar vuestras mariposas y me ha gustado mucho. Es un libro muy bueno para todas las personas que inician ese camino y para las que están con los niñ@s ya en casa, entre otros. Me ha gustado que todas las historias son diferentes, llenas de incertidumbre, miedos, momentos diferentes pero todas ellas comparten el amor que sentimos por nuestros hijos y la lucha diaria, todo por ell@s. Yo, en la primera adopción, no he llegado a sentir a posteriori casi ningún miedo de los que me rondaron por la cabeza en el proceso, hasta llegar a mi pequeño. La verdad es que nos lo puso muy, pero que muy fácil. La segunda ha sido totalmente diferente y estoy sintiendo ahora más miedos de los que pensaba que me iban a rondar. «La experiencia es la madre de la Ciencia», se dice, pero en este mundo de la adopción nada se puede dar por sabido ni probado. Todos los días es necesario encontrar dentro de tu persona ese interruptor que desconecta esa cabeza a veces tan pensante y auto-animarte, diciéndote que tan mal no lo estás haciendo cuando te dan semejantes besos y abrazos. No me quiero extender mucho más. Gracias por compartir todas vuestras vivencias. Un saludo y un fuerte abrazo para ti y para todo el equipo mariposas.

Cristina.

 

«Ahora quiero a mis hijos, antes los deseaba». Gracias María por poner nombre a ese sentimiento que me acompañó por un tiempo, que me descolocó, que me hizo sentir mala madre.

Me alegro mucho de no haber leído el libro hasta no haber compartido una tarde hermosa con vosotras. Gracias a ello, cada una de las historias tenía un rostro que las hacía más cercanas.

Anoche fui incapaz de dormirme sin llegar al final y hoy siento que me he quedado con algo de cada una de vuestras historias.

De Pilar me quedo con el convencimiento de que esta larga espera, llena de vicisitudes, donde a veces te hacen sentir que no tienes derecho a nada, era el camino que había que recorrer para que Ángela Biyi te acompañase de la mano en el resto vuestra andadura. Pero también me ha enseñado que «su espera», la que tiene que vivir el hijo que tanto deseamos, merece todo nuestro respeto.

De María me quedo con el bálsamo que ha supuesto para mí saber que no soy un bicho raro y que el tránsito entre el deseo y cariño lleva su tiempo. Me quedo con el reflejo de la luna en los ojos de Victoria y Simón que será su fortaleza ante la vida.

Con Mercedes he descubierto el poder terapéutico de la adopción. Pero también su fortaleza y seguridad en poner límites, su capacidad para tejer los mimbres que hagan de sus hijos personas seguras. Me quedo con la capacidad de comprensión y perdón de Diana y Nacho, a pesar de lo duro que haya podido ser su camino.

De mi querida Loreto me quedo con todo, desde que comencé a leerla por las redes sociales me encandiló su cara de buena persona y debo confesar que he llegado a sentir envidia sana de su preciosa y numerosa familia. Me quedo con su generosidad al ceder un sitio importante en su hogar a aquellas personas que lucharon porque sus hijos no echaran de menos el calor de un hogar. Me quedo con los hilos rojos que han tejido en su casa para que Irene Mei, Antonio, Pablo y Loreto tengan claro que en la diversidad está su riqueza.

De inmaculada me encandilaron sus ojos y sonrisa amables que a primera vista la hacen  parecer una mujer frágil, pero al leer su historia se ha transformado en una heroína con una fuerza sobrenatural para luchar contra una situación titánica. Prometo hacer mía su lucha de conseguir que los padres adoptantes seamos reconocidos en nuestra legislación como padres de división de honor. La acompañaré en el camino para que de una vez por todas la pequeña Ana solo tenga que preocuparse de disfrutar de su maravilloso baile de Navidad.

Gracias por dejad que me quede con algo vuestro para siempre.

Helena Bueno. Jaén.

 

LORETO…. Para ser sincera tengo que reconocer que tu historia fue la primera que leí… Estaba entusiasmada Porque había una parte que me era cercana. Porque convivo con una pequeña parte de ella…, en ti Loreto y a pesar de todo el sufrimiento, frustración y ese camino espinoso común que de una forma u otra todas habéis recorrido… Me contagia la alegría, no sé si tuya o la de tus hijos, pero siento alegría… Alegría por ellos, por ti, por tu familia y es contagiosa… Me gusta verlos llegar al cole, la mayor con la pequeña de la mano, Pablo correteando por ahí, pero todos llegan sonriendo y eso me gusta, me gusta mucho!!!!

Tu historia dice de ti, quien eres, una persona con un corazón que se ve desde la luna, valiente, capaz, serena… Una familia numerosa que  vive, que se cuida, que es consciente de todo por lo que pasará, pero que vive dentro de ese círculo inquebrantable de AMOR, que no traspasaran los perjuicios, la intolerancia ni esos pequeños matices de ignorancia que entorpecerían el camino!!!!

Una familia multirracial que se mantiene Unida…

ERES AMOR, amor das y amor recibes…. Mil besos mamá…

Inmaculada… Llegué al fin del libro, llegué a tu historia, me empapé de ella, de un trocito de tu lucha, de tu angustia, de tu resignación ante una legislación que debe ser revisada y restaurada…. Pero de todo ello me quedé con tu fuerza, con tu capacidad de amar, tu ímpetu… Tu lucha de amor por amar!!! Es una de las más sobre cogedoras, quizás por la incertidumbre, por obligarte a vivir en hoy sin un mañana; pero es preciosa, es maravillosa… Es el mayor acto de amor y valentía que he tenido frente a mí!!! Te deseo lo mejor, a ti, a tu hija, a tu familia… Por luchar sin un final… Por amarla, por cuidarla y hacer que su vida, tu vida y nuestras vidas hoy sean un poquito mejor!!! Este mundo necesita de personas como tú!!!

Un beso.

Estoy contigo… Mercedes…!!!

Debo reconocer que tu historia me ha sintonizado desde lo más profundo de mi corazón con esa montaña rusa de emociones en la que has estado subida en todo el proceso de adaptación con tus hijos… Para tu consuelo, debo decirte que la manipulación de sentimientos es algo muy del día a día en los hijos biológicos… Yo también me he enfrentado al pues «no te quiero», pero reconozco que se recibe y se enfoca desde un punto de vista diferente… Pero existe!!!

Conmovida, entusiasmada, admirada por tu capacidad de manejar las emociones, de ver la madurez y la sabiduría de tu persona… De reconocer en cada párrafo que tan claro lo tenías que bajarías de esa montaña emocional y encontrarías el camino y equilibrio que necesita tu familia…

Un trocito de mi está con vosotras…

Atravesar el camino espinoso, de injusticias, interminables trámites, desgaste, dolor… Para llegar a ese lugar donde la felicidad plena y la tristeza absoluta se mezclan y ofrecen un sueño cumplido!!!!

Sois maravillosas…

A ti María…. Que  tengo la sensación de que maduraste en un segundo… En ese mismo momento que te diste cuenta que la vida muchas veces es tan dura y cruel que se convierte en una pesadilla…. Por vuestro camino juntos, por lograr tener la familia imperfecta… Por todo lo conseguido….

Tengo que añadir que lo que más me ha entristecido es toparme una y otra vez con que la educación y educadores de este país tienen aún un inmenso camino por recorrer….

Y desde aquí felicito a las seños de mi hija. A ti Maite que desde pequeñita la educaste con amor y como no María del Mar.  ( Ella, y Loreto puede corroborarlo, es Amor con piernas y una linda carita de ángel) me siento afortunada… Que tristeza que los profesores no ejerzan por vocación!!! Enhorabuena y felicidades María!!!!

Pilar tu historia me conmueve… No solo por tu capacidad de hacerle frente a las adversidades de la vida y seguir ahí, sino por cómo desde ese AMOR tan profundo, tan verdadero que te tiene a caballo entre la risa y el llanto, eres capaz de consensuar, de llegar a acuerdos que  te acerquen a la felicidad y al objetivo de salir al encuentro de tu hija… Una gran persona, una gran mamá!!!!! Felicidades, enhorabuena….

Te deseo la mayor felicidad desde siempre… Un beso.

Andrea Pardo Gomez

 

Ayer terminé el libro. «Creo que sois valientes. Hace falta valor para quedarse en carne viva delante de los lectores. La visión es real. La adopción es complicada y casi nadie habla de la cara “B”, la que no gusta compartir… Pero forma parte del proceso, del antes, durante y después. ¡Es lo que hay!Enhorabuena por el libro, lo digo convencida. Soy lectora compulsiva, no concibo mi vida sin los libros. Y de éste no me voy a olvidar, te lo aseguro. Cuando mi hija sea un poco mayor, ahora tiene 11 años, se lo leerá. De momento, se lo paso a sus hermanos, que ya son grandes. Así conocerán el proceso por el que tuvimos que pasar hasta que llegó la hermana a casa. Aunque cada caso es un mundo, hay experiencias, sobre todo anímicas, que se comparten por casi todas las familias. Ellos tenían 10 y 11 años cuando fuimos, los 4, a por Sara Jing, que solo tenía 8 meses y 8 días. Aunque hemos hablado muchas veces del viaje, sé que el libro les va a ayudar a entender mejor las cosas.

Alegría Crespi.Jaén

 

Me ha encantado leer «Mariposas en el corazón». Con las historias contadas he vuelto a revivir la incertidumbre de los meses previos a la adopción de mi hija, los sentimientos encontrados en el momento de la asignación y la entrega, la ilusión de volver a casa con ella, el miedo a no saber hacerlo bien, la alegría de verla crecer… Pero, sobretodo, he vuelto a darme cuenta de que tenemos unos hijos/as maravillosos y que todo lo «sufrido» bien ha merecido la pena si nos ha llevado hasta ellos. Gracias.

Esperanza Rodríguez
«Tejiendo sueños».Córdoba

 

En este mundo equívoco en que procuramos continuar nuestro linaje lo más normalizadamente posible, lo único normalizado es la egocéntrica confusión ambiente entre emociones, respuestas conductuales más o menos complejas seleccionadas genéticamente, y sentimientos, expresiones culturales subjetivas con que intentamos explicar unas emociones propias que, a menudo, nos sobrepasan; y aunque parece una equivocación inocua, cuando sufres un embarazo de años, padeces un parto de meses y arrastras una lactancia de más años aún, el equívoco anterior lo percibes como una aberración capaz de emponzoñar las relaciones personales más sólidas. La valentía de este libro, «Mariposas en el corazón», estriba precisamente en explicar el calvario del aprendizaje de las emociones propias desde el sentimiento más encarnizado: el deseo de maternidad… ¡Carpe diem!

Pedro José Navarrete Martínez.Granada