Reseñas de profesionales

«Ser conscientes de que no estamos solas, de que otras familias han pasado por lo mismo, de que tus miedos, tus preocupaciones, tus dudas y tus inseguras certezas las han sentido otras madres y padres es un regalo que nos hace Mariposas en el corazón. Y eso tiene un valor inestimable: el valor de la empatía, del testimonio de un igual, de personas como tú, cuyas historias, diferentes y sin embargo cercanas, nos ayudan en nuestra propia aventura. Estoy convencida de que Mariposas en el corazón va a ser un regalo para las Administraciones relacionadas con la adopción.» (Extracto del prólogo de Mángeles Prieto para el libro «Mariposas en el corazón»)

Mª Ángeles Prieto. Profesora de la Escuela de Salud Pública y Directora de la Escuela de Familias Adoptivas.

 


 

Nos relatan, desde la experiencia emocional, con un gran sentido crítico y en primera persona, desde el descubrimiento inicial de su motivación por adoptar, ilusiones, miedos y anhelos de las familias, pasando por las vicisitudes técnicas y legales, dudas educativas, sospechas, conflictos de lealtades entre lo que debería ser y la realidad presente y, lo mejor, un abanico de reflexiones y propuestas de cómo apoyar a los niños y jóvenes adoptados y un sinfín de pautas para salir airosos en momentos difíciles y vivir con plenitud las crisis

José Manuel Morell Parera. Psicólogo, director de la Escuela Nacional de Formación de Aldeas Infantiles SOS España

 


 

“Cada historia es un desnudo integral para contar el otro lado de la adopción, la parte que no aparece en los textos científicos que solemos leer los profesionales. Nos invita a los profesionales a estar a la altura de la autenticidad y la honestidad. A convertirnos en escuderos de viaje, para llevar las armas, en escuchadores de relatos para ayudar a organizar batallas a la que los padres se enfrentan cuando aparece la arpía que teje la espera, el ogro del racismo, la intrusión de las familias bienintencionadas, el fantasma de «la otra» o el laberinto del minotauro de los juzgados”

Daniel Rosso Lobo. Psicólogo del Servicio Postadopción de la Junta de Andalucía


 

Mariposas en el corazón no te deja indiferente cuando lo lees. Tal vez porque desde el punto de vista profesional el tema me interesa, o porque conozco a una de las familias protagonistas o porque soy madre…. No lo sé, el caso es que me ha resultado imposible contener las lágrimas en muchos momentos del libro.

Y es que leyéndolo he sido consciente de que, en contra de lo que todos podamos pensar, que una vez que la familia, después de intensas entrevistas y largo tiempo de espera, tiene por fin a su hijo en casa, que ya se ha acabado todo y que tan solo queda disfrutar, pues no, que es en ese instante donde empieza todo. Es el momento de más desgaste emocional; el establecimiento del vínculo afectivo, las dificultades escolares, los problemas conductuales que puedan presentar…. Eso es lo que más me ha llegado de Mariposas en el corazón, que cuentan la realidad tal y como es, que no es todo color de rosa, que surgen dudas y que tiemblan cimientos ya consolidados, pero que, como dicen sus autoras “No cambiamos un instante de lo vivido si eso supusiera no llegar hasta vosotros”

Así que, enhorabuena a las cinco por esas familias tan bonitas que habéis formado y gracias por compartir esa experiencia con todos.

Ana Rodríguez. Gerente y psicóloga de la asociación de parkinson en Granada

http://www.parkinsongranada.org/


 

Este libro es un billete para realizar un viaje. Muy parecido al que tiene que hacer todos los años la Mariposa Monarca que ilustra la portada del libro. Una mariposa que realiza todos los años de más de 4000 kilómetros cuando va del norte de los Estados Unidos  a México, para luego volver del sur al norte sorteando todo tipo de adversidades y cansancio. Pues bien, vamos a embarcarnos en un viaje lleno de resiliencia parental, resiliencia infantil, muchas lágrimas de rabia, sufrimiento, alegría y cansancio, y sobre todo kilos y kilos de paciencia.  Todo con un objetivo, ser padres y madres. Porque si algo quieren dejar claro es que dimiten del status de personas super desinteresadas y altruistas por luchar contra la injusticia social y las miserias infantiles. Es un libro de cómo se construye una parentalidad social muy parecida a la biológica, con un periodo pre, peri y post adopción. Una parentalidad en la que como en la biológica, todos somos “amateurs” y que se construye en el día. Sin embargo yo, me voy a permitir la osadía de regalarles toda mi admiración, porque si bien comparto con ellas que su primera motivación responde a la necesidad de convertirse en padres y madres, el libro rezuma por todos los costados una sensibilidad exquisita hacia el dolor, solidaridad, y generosidad por encima de todo.

Las páginas nos llevan a diferentes rincones de China, de Siberia, Vietnam, Kazajistán, y del propio estado español, pero sobre todo a los corazones de las autoras que se desnudan a través de de sus relatos para transmitirnos de tú a tú qué es esto de la adopción. Desde las tripas, desde la reflexión, desde el cariño y desde las evidencias científicas abordan aspectos como el racismo, las dificultades que el sistema educativo tiene para dar respuestas a las necesidades de estos niños y niñas, el reto de vincular en un nuevo hogar, con su familia extensa. También abordan los buenos y malos tratos de las instituciones a la hora de dar soporte a dichas familias en sus dificultades, incertidumbres y dolor. Profesionales sensibles, cálidos que contrastan con otros que no sintonizan, que juzgan y que hacen del proceso un viaje más  pedregoso.

Historias con nombres y apellidos, que en cada palabra han puesto un sinfín de emociones, de olores, de horas sin dormir, de saltos de alegría, gritos, besos, abrazos y sonrisas. Historias que no han acabado pero que seguro que dan luz y empuje a otras que han empezado o están por hacerlo más allá de manuales y de grandes ponencias.

María, Inma, Pilar, Mercedes y Loreto acaba con cinco cartas a sus hijos a las que no encuentro palabras para plasmar las emociones que me brotaron. Una traca final para honrar a sus tesoros a través de un viaje hacia el centro de la adopción.

¿Te animas a viajar?

 

Iñigo Mtz. de Mandojana Valle. Asociación educativa Biraka, profesionales del buentrato

 


La adopción es una experiencia familiar que ayuda a reparar el daño emocional de los niños/as que han sido adoptadas, pero esta reparación sólo se puede hacer a través del contacto, el piel a piel y la convivencia con los padres y madres adoptivos. “Mariposas en el corazón” son los relatos auténticos, honestos y cercanos de cinco madres adoptivas. Sus palabras cargadas de emociones nos acercan a cómo viven las familias cada uno de los momentos claves, desmontando mitos y acercando las ambivalencias, contradicciones y satisfacciones, porque como dice Pilar, la adopción convierte la vida en un torbellino de emociones.

 Del libro me llevo muchos relatos que me han acercado a mi experiencia en el día a día en casos de alto riesgo de ruptura de convivencia, en los que la capacidad de conectar con sus vivencias y miedos, es una clave para contener un sufrimiento a veces silenciado.

 Los y las pequeños grandes héroes que son las personas adoptadas mejoran a través de cómo sus padres y madres adoptivas digieren, elaboran y conectan con su propio dolor y el de los hijos/as. Mercedes describe cómo su agotamiento le hizo revivir y echar de menos a una madre perdida hace mucho tiempo, señalando que entonces entendí lo que han debido sentir mis hijos y tantos otros niños. María dice que escribir ha sanado mi corazón en muchas etapas que, aunque son imposibles de olvidar, sí las he dejado marchar sin que me hagan daño; concluyendo que ojalá pudiera hacer lo mismo con las de los propios hijos.

Esta reparación requiere grandes dosis de compromiso, de saber estar y de resistencia por parte de las familias. Y es un proceso que ayuda no sólo a los propios hijos/as sino también a los padres, o como dice Inmaculada, que el proceso de adopción es un proceso de cuidado mutuo entre padres/madres e hijos/as.

“Mariposas en el corazón” no es sólo un libro de experiencias, es un relato sincero cargado de compromiso y de esperanza. Me gustaría terminar utilizando una parte del poema que señala Loreto de Francisco Luis Bermudez: “después de todo he comprobado que no se goza bien de lo gozado, sino después de haberlo padecido.”

Vuestro esfuerzo va a ayudar a vuestros hijos/as y tantos otros a construir una historia en el que es necesario construir su pasado, su presente y el futuro siendo conscientes de que adoptar requiere aprender en el día a día a ser madre.  “No los traje al mundo pero los traje a mi mundo y desde entonces ellos me mudaron los límites, los sueños y la vida, la inundaron de luz. Siendo aun tan pequeños, me doy cuenta de cuánto me queda a mí por crecer para llegar a estar a su altura.” (Mercedes) Gracias.

 

 Alberto Rodríguez González. Psicólogo y especialista en adopción. 

Agintzari

 


 

Antes o después Mariposas en el corazón tenía que escribirse, tenía que existir. Las dificultades antes, durante y/o después de la adopción son una REALIDAD. Con demasiada frecuencia, las dificultades de los padres e hijos adoptivos son tantas y tan resistentes que alguien tenía que contarlo.  Y en este libro las autoras han ido un poco más allá, escribiéndolo con el corazón.

Soy psicóloga y desde hace muchos años mi trabajo está unido al mundo de la adopción. Anteriormente valorando a las familias que deseaban adoptar, y en la actualidad ayudando a esos padres e hijos que ya son una familia con hijos, pero que intentar afrontar de la mejor manera posible todas esas dificultades que se narran en Mariposas en el Corazón.

Quizá para alguna familia su proceso de adopción, su vinculación con el menor, el desarrollo emocional, académico y social de su hijo, así como la integración de su historia de vida ha sido fácil, gradual y paulatina…. pero no he conocido a ninguna familia con esta idílica situación.

Este libro y muchos más como éste es lo que los futuros padres adoptivos necesitaban! Porque es de gran importancia y utilidad conocer de primera mano las experiencias de estas cinco mujeres sobre lo que nunca se cuenta, sobre lo que se desea olvidar rápido pero queda en el alma para siempre. Han sido cinco mujeres granadinas, con mucha, mucha valentía. Valientes porque a nadie nos agrada ni nos relaja descubrir ante ojos ajenos nuestras desventuras, y mucho menos si éstas tienen que ver con nuestros hijos.

La adopción, como todo en la vida, tiene una parte muy positiva y maravillosa, y una parte más… complicada? … que nadie “deseaba” conocer. Y digo deseaba, porque en la actualidad, veo que ésto poco a poco va cambiando.

Durante los años que valoré e intenté preparar a las familias para todas estas dificultades, en la mayoría de los casos me encontraba con una gran dosis de escepticismo por parte de los futuros padres adoptivos. No querían ni imaginar, es más no pensaban que realmente existiera la posibilidad de esas dificultades que les planteaba, tanto en el proceso de adopción como cuando tuvieran a sus hijos adoptivos. Y lo peor es que esas dificultades que les planteaba eran situaciones y vivencias reales que otras familias me contaban buscando algunas veces ayuda profesional, otras veces desahogarse sin ser juzgados.

Reconozco que en multitud de ocasiones he intentado cambiar la visión idílica que se tiene de la adopción, intentando concienciar a las futuras familias adoptivas de que todas esas dificultades existen, intentando prepararlas para abordar estas dificultades con mayores garantías de resilencia. Pero he llegado a pensar que era un esfuerzo en vano, que el hecho de mostrar la cara menos amable de la adopción, solo me reportaba sinsabores personales y profesionales… Ahora, gracias a vosotras y a Mariposas en el corazón, me he dado cuenta que estaba intentándolo desde el lado equivocado. Era necesario que todo eso lo dijerais vosotras, las madres adoptivas, que explicarais toda la realidad de vuestras vivencias. Os doy las gracias a las cinco. Gracias por hacerme ver que nunca erré en mi esfuerzo.

Dos de las autoras de este libro, María y Loreto, han sido personas que han influido en mí profesionalmente y como no, personalmente. Tuve la gran suerte de poder valorar su idoneidad para la adopción y debo decir que fueron dos familias especiales por diferentes circunstancias, que hicieron que aprendiera mucho de ellas.

Loreto y Antonio, ya eran padres adoptivos de Irene Mei cuando tuve que volver a valorarlos para actualizar su segundo expediente de adopción. La experiencia nos decía que las parejas que iniciaban un segundo expediente de adopción, llegaban a la valoración con la intención de recoger un papel que les pertenecía por derecho, ya que ya eran padres adoptivos y eso les daba el salvoconducto a serlo de nuevo. Pero en el caso de ellos fue diferente. Loreto era por aquel entonces la presidenta y fundadora de Afam en Granada (Asociación de Familias Adoptivas Multiétnicas), y suponíamos que sería una persona muy formada y conocedora de las dificultades que conlleva una segunda adopción. Efectivamente así fue, pero desde el principio y sin tapujos Loreto y su marido afrontaron la valoración siendo realistas y objetivos. Mostraron abiertamente las dificultades que empezaban a vivir con su hija, algo que no era nada habitual escuchar en un proceso de valoración. Estaban muy seguros de su buen hacer con su hija, pero a la vez estaban deseosos de aprender de profesionales que estuvieran dispuestos a enseñarles algo que no supieran, ávidos de obtener recursos que cubrieran sus necesidades para tratar el tema de la historia previa con su hija y de sus diferencias étnicas, que en esos momentos comenzaban a aflorar. Por supuesto, como se puede comprobar en su libro, fueron idóneos para una segunda adopción, y para una tercera… y para una cuarta! Loreto, no sabes lo que me alegro de haber abierto esas ventanas en tu corazón.

María y Joaquín eran dos personas muy jóvenes que se acercaban a la adopción con una claridad de ideas y una toma de decisión al respecto impropia para su edad. Además contaban como una preparación previa y un entusiasmo por ser padres adoptivos de dos hermanos que se palpaba a distancia. Recuerdo a María como una “esponja”, empapándose de toda la información que en esas entrevistas le dábamos. Nada caía en saco roto, para ella todo era tenido en cuenta, todo sumaba en su afán por conocer el máximo posible de este mundo en el que se empezaba a adentrar. Durante la evaluación mostraron una tremenda solidez, preparación y capacidades para enfrentarse a todas las dificultades que María relata ahora en su libro. María, que orgullosa me siento de ser el primer eslabón de esa maravillosa cadena que te unió a tus hijos. Sin duda, sois los padres más idóneos del mundo para Victoria y Simón.

En aquella época en la que estas dos mujeres luchaban por hacer realidad su maternidad, no se conocían de nada, pero quiero pensar que el destino y su hilo rojo hicieron que ambas hayan hecho un trabajo excepcional presidiendo Afam en dos momentos distintos, y ahora las dos juntas escriban parte de un libro que estoy segura va a cambiar el mundo de la adopción a mejor.

Al principio de esta reseña he apuntado que “Mariposas en el corazón” es el libro que necesitan los futuros padres adoptivos, pero por supuesto también todos los profesionales que nos dedicamos de una u otra manera a trabajar con familias adoptivas. Cada día aprendo con ellas para intentar hacer un poco mejor mi trabajo con estos niños y sus papás. Personas como vosotras y familias como las vuestras sois mis verdaderos maestros y los que me “ayudáis a ayudar” a otras familias.

Marina Pons Vidal, Psicóloga Experta en adopciones y psicología infantil.

 


 

Mariposas en el corazón es un libro que está muy bien escrito y que narra cinco historias reales absolutamente diferentes pero con un denominador común, el deseo de ser madres y el camino que recorren para conseguirlo. Narran situaciones verdaderamente duras y desesperantes. Sin embargo, la narrativa logra transmitir estas situaciones con realismo pero sin dramatizar. Utiliza un lenguaje realista y sencillo y en ocasiones los relatos tienen tintes de bets sellers, haciendo que devores su lectura.
A lo largo de ese camino, también muy diferente en cada una de ellas, sus protagonistas Pilar, María, Mercedes, Loreto e Inmaculada van desmontando muchos de los mitos que hay acerca de la adopción, como que “el amor lo cura todo” y nos ponen de manifiesto la montaña emocional por la que tienen que pasar hasta poder abrazar a sus hijos.
Me han sorprendido las enormes y absurdas dificultades con las que algunas de nuestras protagonistas se han encontrado a nivel burocrático, pero más me ha sorprendido la fuerza, la constancia y la paciencia que han manifestado a la hora de gestionarlas.
A través de sus experiencias, Pilar, María, Mercedes, Loreto e Inmaculada nos ponen en contacto con el mundo de la adopción enseñándonos un amplio bagaje sobre el cotidiano mundo adoptivo y sobre el modo en que cada día se construye la parentalidad adoptiva. Nos hablan de cómo es ese maravilloso momento, o no tan maravilloso, en el que acaba el camino de la espera y tienen en brazos a sus hijos. De cómo desde ese instante empieza otro camino diferente y mucho más largo, en el que cada día se construye ese vínculo filial y se va reforzando poco a poco; nos cuentan con su experiencia los sabores y sinsabores de su realidad cotidiana, de esa depresión postparto tan incomprendida por el entorno, de esa sensación de felicidad que a veces sienten que les va a explotar el pecho, de risas y llantos.
Me parece que este libro es muy recomendable porque tiene varias fortalezas:

1.- A través de la experiencia de sus protagonistas, se describe una realidad que puede ser muy útil no solo para las personas que quieran adoptar, sino para todas aquellas que estén relacionados con el mundo de la adopción (familiares, profesores, profesionales en contacto con la infancia) para que tengan una visión clara del ámbito adoptivo.

2.- Desde el punto de vista de la transmisión de orígenes. Siempre recomendamos a los futuros padres adoptantes que escriban un diario en el que detallen el proceso por el pasan, incluido el recorrido emocional, para poder adoptar a su hijo, con el fin de que algún día se lo puedan enseñar.
Los niños necesitan sentirse deseados, “investidos” de amor. Y este libro es un estupendo ejemplo en el que Pilar, María, Mercedes, Loreto e Inmaculada desearon e invistieron de amor a sus hijos mucho antes de que les conocieran.
Animo a otros padres a que, aunque no lo publiquen, escriban a sus hijos sus experiencias para que con el tiempo puedan leerlas y convertirlas en uno de los mejores regalos de su vida.
Enhorabuena Pilar, María, Mercedes, Loreto e Inmaculada por este estupendo libro que me ha gustado, me ha emocionado y me ha entretenido.

Montse Lapastora. Psicóloga clínica y especialista en adopción.


 

Cuando María me habló por primera vez de este libro era solamente un sueño, una ilusión que hacía años que albergaba en su corazón. Y lo hizo con tanta pasión que enseguida la animé a hacerlo realidad. Me dijo que lo había intentado alguna vez, pero que no había encontrado el eco adecuado. Recuerdo que le dije que no tenía que buscar fuera, sino dentro de ella misma, que la respuesta estaba siempre dentro de nosotros, aunque la mayoría de las veces intentamos encontrarla fuera. Y dicho y hecho, así es María, como decimos en el sur, de melón y “tajá” en mano. Buscó dentro de ella la fuerza y la energía para hacer realidad su sueño, y entonces encontró las compañeras de viaje que necesitaba. Porque su idea era reunir 4 madres que estuvieran dispuestas a emprender ese viaje con ella.
Y tengo que decir que no se trataba de un viaje fácil, porque había que re-andar un camino que había tenido un final feliz, pero que a veces había sido difícil, en otros momentos doloroso e, incluso, en alguna ocasión, lleno de impotencia y de frustraciones. Porque la adopción es un hecho feliz, pero que parte de una experiencia traumática para el menor (el abandono o la retirada de la custodia, la pérdida de su lengua y cultura de origen, etc.) y también, a veces, dolorosa para los adultos. Porque tienen que elaborar sus propios duelos (por la infertilidad, por el hijo biológico soñado, por la pareja, etc.) y porque las distintas administraciones que intervienen en los procesos de adopción, a veces, lo ponen bastante complicado.
En fin, que el viaje seguro que no habrá sido fácil para ninguna de las cinco, pero también es seguro que les habrá reportado muchas cosas buenas. A ellas y a sus hijos e hijas. A ellas, porque la escritura tiene un valor terapéutico muy profundo y esta experiencia les habrá servido para cerrar heridas, elaborar duelos, quizás inacabados, recordar momentos únicos, disfrutar del camino andado juntos, etc. Y para sus hijos y sus hijas porque, cuando en un futuro lo lean, conocerán de primera mano una parte muy importante de sus historias como familias, que no comenzaron como se suele contar, con un viaje en avión o con una visita a un centro de menores, sino que empezó muchos meses e incluso años antes de que se encontraran. Que ese famoso hilo rojo que une a las personas que tienen un destino común está a veces bastante enredado, pero que finalmente termina por unirlos.
Cualquier persona que tenga relación con el mundo de la adopción encontrará en este libro situaciones que seguramente también habrá vivido, o no. Porque su proceso fue más fácil o, sencillamente, diferente. Pero seguro que su lectura no le dejará indiferente. Y para aquellas personas que se acerquen a su lectura desde otras experiencias, seguro que les abrirá los ojos de la mente y del corazón para entender mejor una experiencia que si no se vive desde dentro, como cualquier otra, resulta difícil de entender.
Porque nuestros hijos e hijas se relacionan mayoritariamente con niños y niñas que no son adoptados. Y las familias con las que nosotros nos relacionamos tampoco lo son. Porque la mayoría de los profesionales que tienen contacto con ellos (profesoras y maestros, psicólogos, médicos, terapeutas, trabajadores sociales, técnicos de la administración, etc.) no son padres y madres adoptivos y la parentalidad adoptiva comparte muchas cosas con la parentalidad biológica, pero hay cuestiones que son específicas del hecho adoptivo y es importante que se conozca. Por eso, este libro puede también contribuir a lo que se conoce como cultura de la adopción, algo que todavía está en ciernes en nuestro país.
Así que, después de leerlo, sólo me queda decir: chicas, ¡Enhorabuena!

Marga Muñiz Aguilar. Orientadora Educativa, Logopeda y Terapeuta


 

Adentrarse en las páginas de Mariposas en el Corazón cuando has vivido dos procesos de adopción en China por Pasaje Verde es releer tu propia historia familiar contada por otras personas, casi como si pudieras ver tu propia alma reflejada en un espejo.

Cada relato hace revivir emociones y sensaciones tan intensas que resulta imposible evitar que las lágrimas fluyan, lágrimas que se mezclan con la sensación de tener vivencias compartidas con las autoras y de entender en toda su magnitud el formidable esfuerzo resiliente al que nos vemos abocadas las familias que optamos por esta vía.

De hecho, ahí reside el mayor regalo que nos ofrecen las autoras en este libro: reviven sus propios procesos en primera persona y nos muestran lo que supone adoptar en toda su magnitud y crudeza, con las incertidumbres, los altibajos emocionales -esa famosa “montaña rusa emocional” en la que nos vemos inmersos las familias, en ocasiones durante años-, los fracasos y los éxitos.

Nos presentan de forma magistral una realidad desnuda, sin tapujos ni medias verdades, en la que tienen cabida las dificultades y trabas del proceso, los comentarios -en ocasiones hirientes- que debemos soportar las familias para no enredar aún más un hilo que se antoja ya de por sí con muchos nudos, las crisis que atravesamos durante la eterna espera e incluso después de la asignación… Narran a la perfección cómo, en definitiva, hacemos frente a nuestros propios “fantasmas” hasta acabar aceptando que nos van a acompañar durante el resto del proceso para poder salir airosos del mismo.

En los relatos, las autoras tienen además la valentía de romper las barreras de lo “políticamente correcto” para escribir esas cosas que las familias no se suelen atrever a contar (a veces ni siquiera en  sus círculos más íntimos) porque duelen, por la vergüenza de reconocer las propias debilidades o por el miedo a lo que puedan opinar terceras personas u organismos y sus repercusiones.

Tras devorar y releer sus páginas varias veces creo que este libro se convierte en lectura casi obligada cuando hay un proyecto adoptivo. Las familias (y sus familiares) necesitan conocer esta información, estos testimonios, saber cuan tortuoso y maravilloso a la vez es el camino que tienen por delante.

Por último, se ponen negro sobre blanco los grandes retos que la Administración tiene aún pendiente afrontar. Temas como la integración en la escuela, el racismo, la sensibilidad para con las familias –muchas veces ninguneadas y maltratadas por el camino-, los sinsentidos judiciales… Si al menos una (¡solo una!) persona de la Administración entiende gracias a este libro un poco más a las familias adoptantes y cambia su perspectiva, las autoras podrán darse por satisfechas.

A vosotras, María, Inmaculada, Pilar, Mercedes y Loreto: gracias por desnudar vuestros sentimientos para permitirnos aprender y recorrer juntos este maravilloso camino.

Daniel Álvarez Santamaría. Presidente de Adopta2, Asociación de Familias Adoptantes de la Comunidad Valenciana.


 

De los pocos latinajos que me quedan de la época escolar, el “ex abundantia cordis, os loquitur” (que siempre me ha llamado la atención), de la abundancia de corazón, habla la voca; en el caso de estas familias de las Mariposas en el Corazón, representadas en Madrid por las madres “admirabilis” y Ángela, hija de Pilar, y torrente de vitalidad y fuerza china y del mundo. Digo, que el mencionado latinajo, lo he entendido siempre como una forma de disculpa hacia quien expresa sus más valiosos sentimientos y emociones y, por ello, resulta excesivo, desbordado o poco equilibrado…Estas mujeres reinventan el aserto latino, hablan de hazañas increíbles, de trabajos de Hércules, de amor a raudales, de querer por encima de imposibles y todo con una sencillez, integridad, claridad, elegancia y honestidad que llega a que nos reconciliemos con nosotros mismos, con nuestra propia debilidad. Estas mujeres no engañan, hablan de obstáculos insalvables puestos por una sociedad contradictoria y paradójica, de miedos, de fragilidad e inseguridades humanas vividas en primera persona y , a pesar de ello, la formidable determinación de ellas y sus familias hace que sean capaces de pasar por encima de tormentas apocalípticas y que sigan luchando, disfrutando de sus vidas, de sus hijos y encontrando fuerzas para remontar las más arrolladoras crecidas…Gracias por una lección de vida sin pretensiones ni pedanterías y con una verdad sin fisuras que resulta novedosa hoy día.

Ricardo de Arce‎. Dibujante. Ilustrador.

 


 

He leído el libro de Mariposas en el Corazón con avidez de un tirón. Este libro no se puede leer de otra manera. Al leerlo también he notado mariposas en mi corazón al sentirme reconocida en muchos de los aspectos que trabajáis cada una en vuestros relatos íntimos. ¿Cómo no sentirse sobrecogida por las historias humanas de estas madres corajes y estos pequeños héroes?. Ha sido fantástico y triste al mismo tiempo darme cuenta que aunque cada historia tiene unas peculiaridades propias, todas están unidas por ese hilo rojo que nos une a todos los padres e hijos adoptivos. Nuestra unión es nuestra fuerza y la de nuestros hijos. Tenemos sufrimientos y alegrías compartidas.
Se me han removido muchas cosas al leer el libro, e incluso he sacado del olvido aspectos propios que no conté en mi libro, como por ejemplo que yo también en la espera desarrollé un tumor en el útero, pero al que no hice caso porque la prioridad era la vida de mi hija y no la mía. Cuando nos mudamos de Madrid al pueblo de Badajoz el ginecólogo me dió un ultimátum: «estas jugando con tu vida» y me dijo que me tenía que estirpar el útero el 9 de Diciembre de 2012. Le dije que con las Navidades de mi hija tampoco se jugaba y prometí operarme el 8 de enero y así fue. Todo fue bien, él se sorprendió que no le preguntara si el tumor era benigno ó maligno y le dije que no cabía en mi mente que fuera maligno y por tanto no había que darle más vueltas al asunto. Mi hija necesitaba una madre y yo ya no necesitaba un útero. Extraído el perro se acabó la rabia.
También me ha reconfortado leer sobre la depresión postadopción. Las madres adoptivas con nuestros pocos derechos ni siquiera podíamos echarle la culpa a nuestras hormonas para justificar nuestra tristeza y nuestro llanto ante la inmensa tarea que nos esperaba, nuestro agotamiento, la impotencia, la frustración, el cambio tan grande que tomaba nuestras vidas de un día para otro. ¿Quién puede soportar tanto?. Las madre biológicas cuentan con el apoyo social y familiar, nosotras como bien decíais teníamos que lidiar con nuestros hijos, con nuestras familias y con los colegios….y además parecer inmensamente felices . A mi se me unió el duelo de mi padre, no sé cómo resistí tanto.
Cómo no recordar las tardes de deberes para enseñarles a leer y escribir porque en el colegio a todas nos decían que no tenían tiempo para nuestros hijos. Cómo olvidar los ataques que nuestros hijos han recibido por ser diferentes, por ser colombianos, chinos, negros ó con déficit de atención. En única ocasión a la maestra de mi hija le pedí «compasión humana» para que por un segundo se pusiera en la piel de una niña de 6 años que a su corta edad había recibido ya todas las vejaciones del mundo. Le dije que ser hiperactiva era lo mejor que podía ser mi hija teniendo en cuenta que además no veía un burro a tres palmos. A la lectroescritura se unió la terapia visual y mi consulta y el trabajo de mi marido echaron el cierre.
Cuatro años atrás todo esto va quedando atrás. Mi hija se va serenando y nosotros también, pero jamás volveremos a ser los mismos, para bien ó para mal. Yo renuncié a un puesto fijo de funcionaria en la Comunidad de Madrid, titulada superior y ahora me gano la vida como puedo igual que mi marido, pero disfrutando del lujo de despedir con besos todos los días a mi hija cuando va al colegio y recibiéndola en casa con olor a comida rica. Como ella dice: «mamá huele a comida desde la esquina y yo pienso, esta es mi casa», que hambre tengo mamá. Mi hija aprecia la comida de casa como uno de los placeres de la vida y la disfruta con gula. Verla comer con ese gusto es un disfrute para la vista y el corazón.

Quiero que hagas extensiva mi felicitación a tus compañeras de librs. Daros las gracias por vuestra valentía y porque contando la verdad vamos dando entre todos pasitos para que las leyes cambien, los jueces se sensibilicen y el elefante burocrático se convierta en un tigre veloz.
Un abrazo inmenso.

Magdalena Juan Ampuero. Psicóloga Clínica especialista en diagnóstico clínico.

 


 

Este maravilloso libro, “Mariposas en el corazón”, recoge de manera muy lúcida cinco itinerarios, cinco recorridos, cada uno con sus avatares, de otros tantos procesos de adopción.

Los relatos, que atrapan, dan cuenta de cómo la adopción, como toda filiación, es una cuestión esencialmente de deseo y no de biología. Y muestran, de modo magnífico, cómo el deseo decidido de ser madre no está reñido en modo alguno con momentos de desaliento, ganas de tirar la toalla e incluso de arrepentimiento. Pero, tras esos instantes de desfallecimiento, ese deseo insiste… para relanzarse con más fuerza.

“Mariposas en el corazón” es como un prisma que nos permite pensar las distintas aristas que puede conllevar todo proceso de adopción, sea nacional o internacional: la burocracia del proceso previo a la llegada del niño a la casa ( y en el caso de la nacional, también el proceso posterior), la posible discriminación por raza de los hijos, cómo ubicar a la madre biológica, la escuela en los niños que fueron adoptados, la idealización previa a la adopción y sus consecuencias…

“Mariposas…” nos parece de imprescindible lectura tanto para los padres adoptivos como para los profesionales del mundo de la adopción

Yolanda González Cámara. Madre adoptiva.Psicoanalista. Especialista en Psicología Clínica

 


 

 

El libro me ha gustado mucho. Los conceptos desde las vivencias, cercano, y al mismo tiempo transmiten muchas experiencias diversas. Como madre adoptiva sé que de la teoría a la práctica hay un gran espacio, lo que no quita que la teoría ayude y cada niño biológico o no,  tiene su propia historia, los conceptos de vinculo,  apego, esperanza, los tratamientos para quedar embarazadas,  todos son descritos con mucho cariño y al mismo tiempo con los costos de lo emocionalmente vivido.

Loretta Cornejo.Psicóloga Clínica-Psicoterapeuta

 

 

 


 

Recientemente hemos tenido la noticia de la aparición de un libro escrito por madres. Madres adoptivas que nos cuentan sus experiencias. Porque sienten mariposas en el corazónTan genuino e intenso es su sentimiento que ellas han querido que forme parte del título. Aún no he tenido la oportunidad de leerlo, lo tengo ahí, en espera. Prontito caerá en mis manos y gustosamente podré opinar del mismo. Pero desde luego, me atrae mucho acercarme a él. Desde ya os recomiendo que lo hagáis, pues lo que María Martín Titos, coordinadora y autora del libro, nos muestra, a modo de reseña, me lleva, con la fuerza de un imán, a comprarlo:“Durante los años de espera me había preparado para ser madre. Había asistido a infinidad de charlas y talleres, todos impartidos por grandes profesionales, y ahora era muy difícil poner en práctica lo aprendido. Siempre me habían dicho que con mucho amor todo se cura, y amor no era lo que faltaba en mi vida, precisamente… Fueron en esos momentos cuando eché de menos saber que no era la única que pasaba por esta realidad, y que mis sentimientos, temores y necesidades eran compartidas por una gran parte de las familias adoptivas”

“Mariposas en el corazón reúne las experiencias de cinco familias adoptivas, con historias suficientemente distintas entre ellas como para que quien las lea pueda hacerse una idea realista de lo que supone formar una familia por esta vía. Este libro no está sólo dirigido a familias adoptivas o en proceso de adopción sino también a sus familiares, amigos, profesores, psicólogos y otras personas cercanas que estén en contacto de alguna manera con la adopción”

Desde esta preciosa web que han creado, podéis acceder a las presentaciones en vídeo que cada una de las autoras ha hecho, a la mencionada reseña y también a comprarlo.Lo bueno es que se puede adquirir en e-book, así que todas las personas residentes fuera de España pueden hacerse cómodamente con el mismo.También se distribuye en edición impresa.

Desde estas líneas mi más cálida felicitación a las autoras. Un libro escrito por madres, con otra visión que no es la de los profesionales (personalmente, su punto de vista me interesa mucho), y espero nos transmitan sus mariposas desde su corazón al nuestro.

José Luis Gonzalo Marrodán. Psicólogo clínico y psicoterapeuta

Buenos tratos .com


 

Mariposas en el corazón…y elefantes en el estómago
“Mariposas en el corazón. La adopción por dentro” de El Hilo Ediciones es el último libro que he leído y del que he tenido la suerte de poder asistir ayer sábado por la tarde a la charla coloquio de su presentación en Valencia, organizada por la Asociación Adopta2. Escrito desde el corazón pero también desde las tripas, recoge de la mano de cinco madres adoptivas emociones, situaciones y un sinfín de anécdotas (algunas graciosas y otras melodramáticas) acerca del proceso de la adopción desde los inicios hasta que culmina con la llegada del tan esperado/a hijo/a.

María Martín Titos, Inmaculada Morales Morillas, Pilar González Moreno, Mercedes Moya Herrero y Loreto Castillo Vallejo. Madres anónimas durante mucho tiempo que han decidido salir a la luz de forma valiente y mostrar no solo su rostro, sino además la cara menos amable de la adopción, esa que acompaña a todas las cosas maravillosas que conlleva la maternidad adoptiva y que muy pocas personas son capaces de decir públicamente.

Como profesional no puedo más que elogiar y agradecer su esfuerzo por compartir su experiencia para contribuir a la sensibilización de la sociedad entera (profesionales, padres y madres adoptivos o no) sobre todo lo que envuelve, por dentro y por fuera la adopción. Como madre admiro su valentía, sus ganas de luchar, su arrojo ante dificultades vividas antes, durante y después de la asignación de su/s pequeño/os.

Ayer disfruté escuchándolas (mando desde aquí un abrazo a Inmaculada que no pudo estar en Valencia). Si tuviera que resumir con una frase lo escuchado ayer y lo leído en su libro seria “el encuentro de las diferencias en adopción”. El cómo, partiendo de diferentes realidades, cada una de ellas comparten en sus historias la sinceridad, la paciencia, la esperanza, el miedo, la angustia, la fortaleza…y sobre todo, el sentido, la percepción convertida en certeza de que por muchos avatares mereció la pena adoptar.

No es fácil hablar desde dentro de forma sincera siendo madre adoptiva y que no suenen mal algunas expresiones. La ambivalencia emocional que conlleva la adopción puede ser mal interpretada, y eso, cuando se ha sido objeto continuado de evaluación de la idoneidad, puede llevar a no poder darse licencia para expresar abiertamente lo que se siente. Que en muchas ocasiones no es más que las mismas emociones que surgen en la marentalidad biológica pero que en su caso se pueden dar de forma apelotonada e incluso magnificada por las situaciones y vivencias que tienen lugar en la adopción.

Abrir la puerta a la emoción puede conllevar la entrada de un huracán de críticas e incomprensión difíciles de tolerar. Pero ellas lo han sabido hacer de forma magistral, tanto en el libro como en la charla coloquio de ayer. Desde la normalidad, sin adornos, sin justificaciones, hablan de los problemas que la escuela de hoy presenta para la integración (y lo que es peor, la comprensión) de los niños y niñas adoptados que se incorporan al sistema educativo español. Y no me refiero a la comprensión de su idioma porque vengan de otro país, sino a la comprensión de las particularidades que su condición de adoptados/as va a conllevar. También hablan sobre el racismo, las repercusiones en los padres adoptivos a nivel de pareja, la necesidad de integrar y aceptar la figura de la madre biológica, las trabas y desencuentros con la parte burocrática, la incomprensión y falta de apoyo de los más cercanos, entre otros.

De ahí que el título de esta entrada sea Mariposas en el corazón… y elefantes en el estómago, porque hay que tener un estómago de hierro para integrar a nivel emocional y físico todo lo que el proceso adoptivo trae consigo. Solo el maravilloso fenómeno de la resiliencia puede explicar cómo resistir y rehacerse continuamente, cómo no sucumbir ante las adversidades propias de la adopción y otras que se pueden sumar, en definitiva, como hacer mantener a salvo de tormentas y huracanes el hilo rojo que une a quienes están predeterminados a estar juntos, unos padres adoptivos y un/a pequeño/a que espera reunirse con ellos. Las autoras lo reflejan muy bien: “no cambio ni un instante de lo vivido, si eso supone no llegar hasta ti”.

El libro recoge numerosas expresiones nacidas desde el corazón, con la pureza que solo brota de quien desea abrirse a los otros no con el ánimo de sentirse reconocidas o elogiadas, sino como un grito interior que busca dar a conocer la parte dura y no menos real de la adopción, la que humaniza el proceso adoptivo sin maquillajes, la emoción a pelo, en toda su gama.

Sin duda es un libro recomendado no solo para futuros padres y madres adoptivos, sino también para profesionales y todos aquellos que tengan contacto directo con niños y niñas adoptados. No para comparecerse de ellos y sus familias, sí para comprenderles, apoyarles y animarles a trabajar juntos en el camino de su adaptación y crecimiento como familia.

Concepcion Vázquez Martínez. Psicóloga Diplomada en Trauma infantil  y psicoterapia sistémica por IFIV.

Resiliencia infantil. Apego, parentalidad y buen trato.

 


Opiniones de nuestros lectores

Soy papá adoptivo.Después de leer el libro me siento un ser privilegiado. Mi situación fue muy distinta.

La espera solo duró tres años y fue nacional. Nosotros lo teníamos claro, el poquito dinero que teníamos sería utilizado para cuando estuviese ya con nosotros, y así se lo dimos a entender a los psicólogos y trabajadores sociales en las entrevistas que tuvimos que pasar.

El papeleo y demás cosas fueron como todos los demás, pero por suerte para nosotros (eso dicen) solo duró tres años pero yo no creo en la suerte y si en el destino. Desde que mi mujer y yo decidimos adoptar lo teníamos claro y eso nos ayudó mucho a superar la situación.

Después de algunas sesiones de inseminación, que para mí si fueron más duras, en la última y agarrando la mano de mi mujer le dije: “ahora si te has quedado embarazada”.  No sé lo que durará el embarazo, si un año, dos o más,  pero desde ese día había un ser que nos estaba esperando.

Nuestra sorpresa fue que no pasó  ni un año cuando nos llamaron para otra entrevista con los asistentes y psicólogos. Nosotros creíamos que eran para renovar la idoneidad porque habían pasado tres años desde que nos la dieron.

Fue el día más feliz de mi vida. Nos metieron en una sala y después de una charla y decirnos que ya habían entrevistado a varias parejas más, somos los idóneos para ser padres de una niña de 3 meses.

Así,  sin anestesia, no sabíamos si llorar,  reír o qué hacer, solo sabíamos que ya éramos padres.

La adaptación fue también muy rápida.  Una visita en el centro donde la vimos por primera vez, porque estaba con una familia de acogida,  y otra en la casa de esta familia maravillosa que nos abrió sus puertas y sus corazones, donde mi mujer dio su primer biberón a nuestra hija. Y la tercera visita para recoger y llevarnos a casa a nuestro bebé, donde ya estaba todo preparado gracias a nuestros hermanos y padres.

De esto ya han pasado seis años, y felices desde ese día.

Nos sentimos afortunados y animamos a adoptar porque siempre nos fijamos en las adopciones que salen mal o tardan mucho. Hay que dejarlo en manos del destino.

Un abrazo para todos y seguiré por aquí por si puedo ayudar.

Juan de Dios Calzado Pérez

 

Acabo de terminar vuestras mariposas y me ha gustado mucho. Es un libro muy bueno para todas las personas que inician ese camino y para las que están con los niñ@s ya en casa, entre otros. Me ha gustado que todas las historias son diferentes, llenas de incertidumbre, miedos, momentos diferentes pero todas ellas comparten el amor que sentimos por nuestros hijos y la lucha diaria, todo por ell@s. Yo, en la primera adopción, no he llegado a sentir a posteriori casi ningún miedo de los que me rondaron por la cabeza en el proceso, hasta llegar a mi pequeño. La verdad es que nos lo puso muy, pero que muy fácil. La segunda ha sido totalmente diferente y estoy sintiendo ahora más miedos de los que pensaba que me iban a rondar. «La experiencia es la madre de la Ciencia», se dice, pero en este mundo de la adopción nada se puede dar por sabido ni probado. Todos los días es necesario encontrar dentro de tu persona ese interruptor que desconecta esa cabeza a veces tan pensante y auto-animarte, diciéndote que tan mal no lo estás haciendo cuando te dan semejantes besos y abrazos. No me quiero extender mucho más. Gracias por compartir todas vuestras vivencias. Un saludo y un fuerte abrazo para ti y para todo el equipo mariposas.

Cristina.

 

«Ahora quiero a mis hijos, antes los deseaba». Gracias María por poner nombre a ese sentimiento que me acompañó por un tiempo, que me descolocó, que me hizo sentir mala madre.

Me alegro mucho de no haber leído el libro hasta no haber compartido una tarde hermosa con vosotras. Gracias a ello, cada una de las historias tenía un rostro que las hacía más cercanas.

Anoche fui incapaz de dormirme sin llegar al final y hoy siento que me he quedado con algo de cada una de vuestras historias.

De Pilar me quedo con el convencimiento de que esta larga espera, llena de vicisitudes, donde a veces te hacen sentir que no tienes derecho a nada, era el camino que había que recorrer para que Ángela Biyi te acompañase de la mano en el resto vuestra andadura. Pero también me ha enseñado que «su espera», la que tiene que vivir el hijo que tanto deseamos, merece todo nuestro respeto.

De María me quedo con el bálsamo que ha supuesto para mí saber que no soy un bicho raro y que el tránsito entre el deseo y cariño lleva su tiempo. Me quedo con el reflejo de la luna en los ojos de Victoria y Simón que será su fortaleza ante la vida.

Con Mercedes he descubierto el poder terapéutico de la adopción. Pero también su fortaleza y seguridad en poner límites, su capacidad para tejer los mimbres que hagan de sus hijos personas seguras. Me quedo con la capacidad de comprensión y perdón de Diana y Nacho, a pesar de lo duro que haya podido ser su camino.

De mi querida Loreto me quedo con todo, desde que comencé a leerla por las redes sociales me encandiló su cara de buena persona y debo confesar que he llegado a sentir envidia sana de su preciosa y numerosa familia. Me quedo con su generosidad al ceder un sitio importante en su hogar a aquellas personas que lucharon porque sus hijos no echaran de menos el calor de un hogar. Me quedo con los hilos rojos que han tejido en su casa para que Irene Mei, Antonio, Pablo y Loreto tengan claro que en la diversidad está su riqueza.

De inmaculada me encandilaron sus ojos y sonrisa amables que a primera vista la hacen  parecer una mujer frágil, pero al leer su historia se ha transformado en una heroína con una fuerza sobrenatural para luchar contra una situación titánica. Prometo hacer mía su lucha de conseguir que los padres adoptantes seamos reconocidos en nuestra legislación como padres de división de honor. La acompañaré en el camino para que de una vez por todas la pequeña Ana solo tenga que preocuparse de disfrutar de su maravilloso baile de Navidad.

Gracias por dejad que me quede con algo vuestro para siempre.

Helena Bueno. Jaén.

 

LORETO…. Para ser sincera tengo que reconocer que tu historia fue la primera que leí… Estaba entusiasmada Porque había una parte que me era cercana. Porque convivo con una pequeña parte de ella…, en ti Loreto y a pesar de todo el sufrimiento, frustración y ese camino espinoso común que de una forma u otra todas habéis recorrido… Me contagia la alegría, no sé si tuya o la de tus hijos, pero siento alegría… Alegría por ellos, por ti, por tu familia y es contagiosa… Me gusta verlos llegar al cole, la mayor con la pequeña de la mano, Pablo correteando por ahí, pero todos llegan sonriendo y eso me gusta, me gusta mucho!!!!

Tu historia dice de ti, quien eres, una persona con un corazón que se ve desde la luna, valiente, capaz, serena… Una familia numerosa que  vive, que se cuida, que es consciente de todo por lo que pasará, pero que vive dentro de ese círculo inquebrantable de AMOR, que no traspasaran los perjuicios, la intolerancia ni esos pequeños matices de ignorancia que entorpecerían el camino!!!!

Una familia multirracial que se mantiene Unida…

ERES AMOR, amor das y amor recibes…. Mil besos mamá…

Inmaculada… Llegué al fin del libro, llegué a tu historia, me empapé de ella, de un trocito de tu lucha, de tu angustia, de tu resignación ante una legislación que debe ser revisada y restaurada…. Pero de todo ello me quedé con tu fuerza, con tu capacidad de amar, tu ímpetu… Tu lucha de amor por amar!!! Es una de las más sobre cogedoras, quizás por la incertidumbre, por obligarte a vivir en hoy sin un mañana; pero es preciosa, es maravillosa… Es el mayor acto de amor y valentía que he tenido frente a mí!!! Te deseo lo mejor, a ti, a tu hija, a tu familia… Por luchar sin un final… Por amarla, por cuidarla y hacer que su vida, tu vida y nuestras vidas hoy sean un poquito mejor!!! Este mundo necesita de personas como tú!!!

Un beso.

Estoy contigo… Mercedes…!!!

Debo reconocer que tu historia me ha sintonizado desde lo más profundo de mi corazón con esa montaña rusa de emociones en la que has estado subida en todo el proceso de adaptación con tus hijos… Para tu consuelo, debo decirte que la manipulación de sentimientos es algo muy del día a día en los hijos biológicos… Yo también me he enfrentado al pues «no te quiero», pero reconozco que se recibe y se enfoca desde un punto de vista diferente… Pero existe!!!

Conmovida, entusiasmada, admirada por tu capacidad de manejar las emociones, de ver la madurez y la sabiduría de tu persona… De reconocer en cada párrafo que tan claro lo tenías que bajarías de esa montaña emocional y encontrarías el camino y equilibrio que necesita tu familia…

Un trocito de mi está con vosotras…

Atravesar el camino espinoso, de injusticias, interminables trámites, desgaste, dolor… Para llegar a ese lugar donde la felicidad plena y la tristeza absoluta se mezclan y ofrecen un sueño cumplido!!!!

Sois maravillosas…

A ti María…. Que  tengo la sensación de que maduraste en un segundo… En ese mismo momento que te diste cuenta que la vida muchas veces es tan dura y cruel que se convierte en una pesadilla…. Por vuestro camino juntos, por lograr tener la familia imperfecta… Por todo lo conseguido….

Tengo que añadir que lo que más me ha entristecido es toparme una y otra vez con que la educación y educadores de este país tienen aún un inmenso camino por recorrer….

Y desde aquí felicito a las seños de mi hija. A ti Maite que desde pequeñita la educaste con amor y como no María del Mar.  ( Ella, y Loreto puede corroborarlo, es Amor con piernas y una linda carita de ángel) me siento afortunada… Que tristeza que los profesores no ejerzan por vocación!!! Enhorabuena y felicidades María!!!!

Pilar tu historia me conmueve… No solo por tu capacidad de hacerle frente a las adversidades de la vida y seguir ahí, sino por cómo desde ese AMOR tan profundo, tan verdadero que te tiene a caballo entre la risa y el llanto, eres capaz de consensuar, de llegar a acuerdos que  te acerquen a la felicidad y al objetivo de salir al encuentro de tu hija… Una gran persona, una gran mamá!!!!! Felicidades, enhorabuena….

Te deseo la mayor felicidad desde siempre… Un beso.

Andrea Pardo Gomez

 

Ayer terminé el libro. «Creo que sois valientes. Hace falta valor para quedarse en carne viva delante de los lectores. La visión es real. La adopción es complicada y casi nadie habla de la cara “B”, la que no gusta compartir… Pero forma parte del proceso, del antes, durante y después. ¡Es lo que hay!Enhorabuena por el libro, lo digo convencida. Soy lectora compulsiva, no concibo mi vida sin los libros. Y de éste no me voy a olvidar, te lo aseguro. Cuando mi hija sea un poco mayor, ahora tiene 11 años, se lo leerá. De momento, se lo paso a sus hermanos, que ya son grandes. Así conocerán el proceso por el que tuvimos que pasar hasta que llegó la hermana a casa. Aunque cada caso es un mundo, hay experiencias, sobre todo anímicas, que se comparten por casi todas las familias. Ellos tenían 10 y 11 años cuando fuimos, los 4, a por Sara Jing, que solo tenía 8 meses y 8 días. Aunque hemos hablado muchas veces del viaje, sé que el libro les va a ayudar a entender mejor las cosas.

Alegría Crespi.Jaén

 

Me ha encantado leer «Mariposas en el corazón». Con las historias contadas he vuelto a revivir la incertidumbre de los meses previos a la adopción de mi hija, los sentimientos encontrados en el momento de la asignación y la entrega, la ilusión de volver a casa con ella, el miedo a no saber hacerlo bien, la alegría de verla crecer… Pero, sobretodo, he vuelto a darme cuenta de que tenemos unos hijos/as maravillosos y que todo lo «sufrido» bien ha merecido la pena si nos ha llevado hasta ellos. Gracias.

Esperanza Rodríguez
«Tejiendo sueños».Córdoba

 

En este mundo equívoco en que procuramos continuar nuestro linaje lo más normalizadamente posible, lo único normalizado es la egocéntrica confusión ambiente entre emociones, respuestas conductuales más o menos complejas seleccionadas genéticamente, y sentimientos, expresiones culturales subjetivas con que intentamos explicar unas emociones propias que, a menudo, nos sobrepasan; y aunque parece una equivocación inocua, cuando sufres un embarazo de años, padeces un parto de meses y arrastras una lactancia de más años aún, el equívoco anterior lo percibes como una aberración capaz de emponzoñar las relaciones personales más sólidas. La valentía de este libro, «Mariposas en el corazón», estriba precisamente en explicar el calvario del aprendizaje de las emociones propias desde el sentimiento más encarnizado: el deseo de maternidad… ¡Carpe diem!

Pedro José Navarrete Martínez.Granada